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¿COMO RECIBIR LA SALVACION POR FE? 

1) Incapacidad del hombre para salvarse a causa del pecado

Para introducirnos a un tema tan complejo y poco abordado en la actualidad como es el pecado, consideremos en primer lugar algunas citas:

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”   (Romanos 5: 12)

Pecado literalmente significa errar el blanco, la paga de uno solo de ellos es la muerte eterna,

no solo física sino también la espiritual.
Nadie puede leer la Biblia sin darse cuenta que un gran punto de atención es el pecado, su causa y su cura. Habitualmente relacionamos el pecado con un crimen o asesinato, pero el pecado en la Biblia se refiere a todo lo que no alcanza la perfección de Dios ya sea en pensamiento u obra. La paga del pecado es eterna muerte espiritual. Esto ocurre porque cuando el hombre peca queda separado de la presencia de Dios. Esta muerte espiritual a la larga se manifiesta en una muerte física. La naturaleza pecaminosa de nuestros padres en el Edén, Adán y Eva, fue transmitida a toda la raza humana.

“¿Mudara el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer el bien, estando habituados a hacer el mal?”

(Jeremias 13.23)

Comentario: la respuesta lógicamente es no. Tenemos las mismas posibilidades de vivir correctamente por nuestros recursos, como tiene un leopardo de mudar sus manchas por los suyos. 

Solemos pensar que el pecado está asociado a unos simples hechos de desobediencia que se hacen visibles en manifestaciones físicas de impulsos carnales internos. Pero el problema es más grave ya que el pecado incluye también a toda inclinación y orientación natural del hombre hacia la auto- gratificación o auto-justificación cuando el hombre quiere ganarse el favor de Dios a través de sus méritos. Según la Biblia aún las buenas obras de uno que no cree en el evangelio de Jesucristo fallan al intentar cumplir la ley de Dios. ¿Por qué? Porque ellos son producidos por un corazón que está en rebelión contra Dios.


Lee el siguiente pasaje bíblico. 

“No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta con su boca engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; y no conocieron caminos de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.” (Romanos 3: 10 al 18)

Estos pasajes nos hablan de la inutilidad del hombre para hacer el bien,

y la inclinación por hacer el mal, todos estamos en esa condición.

“Las intenciones de la carne llevan a la enemistad contra Dios;

porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden.” (Romanos 8.7)

Este pasaje nos dice que el hombre natural está en enemistad con Dios, esto no significa que odia a Dios y está conscientemente en oposición a Él, sino que el pecado impulsa al pecador a destronar y deponer a Dios de su corazón, usurpar su autoridad que Dios debería tener sobre él, y ponerse uno mismo en Su lugar.
Nuestro pecado es quien nos impulsa a decirle a Dios, “Muévete, YO estoy en control de mi vida”,

en vez de rendir nuestras vidas a Dios.

Por tanto todo pecado en su centro es blasfemia porque es contra Dios.

“Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? y mirándolos Jesús les dijo: Para los hombres esto es imposible, mas para Dios todo es posible.” 

(Mateo 19:25 al 26)

Los discípulos al oír el nivel de entrega que el Señor demandaba para llegar a ser salvo, hacen la pregunta, ¿Quién se va a salvar? Jesús les deja bien en claro que cualquier hombre sólo podrá ser salvo por medio de la providencia divina.

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