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¿COMO RECIBIR LA SALVACION POR FE? 

2) El arrepentimiento y su relación con la salvación

Luego de tomar conciencia respecto del pecado el siguiente paso que daremos es hablar sobre el arrepentimiento. Veamos algunas importantes citas bíblicas:

“En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mateo 3:1, 2)

“Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mateo 4:17)

El Apóstol Pablo dice: “testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.” (Hechos 20:21)

 

“Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.” (Apocalipsis 3:19)

“Los doce salieron e iban predicando a la gente que se arrepintiera.” (Marcos 6:12)

“(…) y les dijo: «Así está escrito, y así era necesario, que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos al tercer día, y que en su nombre se predicara el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando por Jerusalén.” (Lucas 24:46-47)

El Apóstol Pablo dice “Por eso, rey Agripa, no desobedecí esa visión celestial, sino que comenzando por los que viven en Damasco y en Jerusalén, y siguiendo por los que viven en Judea, sin pasar por alto a los no judíos, les anuncié que debían arrepentirse y volverse a Dios, y demostrar con sus hechos que realmente se habían arrepentido.” (Hechos 26:19-20)

“Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17.30)

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Pedro 3:9)


Para aquellos que dicen que el arrepentimiento no debe ser enseñado hoy, y que no es esencial para la salvación, destacamos que el arrepentimiento fue predicado por Juan el Bautista, el Señor Jesucristo, y los Apóstoles. El arrepentimiento fue proclamado antes de Pentecostés, en Pentecostés, y después de Pentecostés. Jesús dijo: “Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” (Lucas 13:5).

En el presente la palabra arrepentimiento ha sido torcida hasta el punto que su significado bíblico ha sido oscurecido en la mente de muchos que se llaman a sí mismos cristianos. Pensar que el arrepentimiento genuino puede resultar en cualquier cosa distinta a un cambio de vida, es completamente falso y no enseñado en las Escrituras.

El arrepentimiento es esencial en la salvación. Uno no puede verdaderamente creer en el Evangelio a menos que se haya arrepentido, y uno no puede verdaderamente arrepentirse a menos que haya creído verdaderamente. El arrepentimiento y la fe son dos lados de la misma moneda (aunque no son sinónimos).

La palabra griega para el arrepentimiento quiere decir “tener otra mente” o “cambio de mente”. Por “cambio de mente” no queremos decir un “cambio de opinión” sino la sustitución de una vieja mente por una nueva en carácter. El concepto bíblico de esta palabra implica mucho más que solo un cambio de pensamiento casual. Bíblicamente, una persona que se arrepiente no sigue conviviendo con el pecado. El arrepentimiento trae como consecuencia un volver del pecado a Cristo, y siempre resulta en un cambio de comportamiento (Lucas 3:8). También es importante aclarar que solo lamentarse por el pecado no es equivalente al arrepentimiento, aunque ciertamente está presente en el mismo. (2 Corintios 7:10).

El arrepentimiento y el reconocimiento del señorío de Jesús son necesarios a la salvación. Un arrepentimiento genuino y sincero, resulta en un rechazo al pecado en todas sus formas y manifestaciones.

Arrepentimiento es poner los pensamientos del lado de Dios. Arrepentimiento es auto juzgarse.

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